Los productos tradicionales en la mesa de Todos Santos de Bolivia

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Escrito por Lizeth Tarifa

En Bolivia existe una gran variedad de costumbres y tradiciones, una de ellas se realiza en particular en estas fechas y dedicada a los seres que ya no se encuentran en esta vida terrenal, es la festividad de Todos Santos. Es una festividad llena de muchos significados espirituales que se celebra el 1º y 2 de noviembre. En nuestro país es una fiesta familiar en la que se recuerdan a los seres queridos que ya partieron y que, a pesar de los años y la incursión de otras culturas o festividades, en nuestro país aún se mantienen las tradiciones heredadas de nuestros abuelos y antepasados.

Imagen: Agencia Bolivia de Información ABI

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Todos Santos es una festividad donde se encuentran muchas costumbres de nuestros abuelos, que ahora compartimos con nuestros familiares, dentro de los preparativos existe bastante riqueza cultural, es un momento culminante del ciclo ceremonial anual, es un tiempo para reflexionar, en el que se espera la visita anual de las almas, es decir, los difuntos.

La tradición indica que debemos utilizar las masitas, la comida o bebida favorita que le gustaba al difunto, y armarlo en una “mesa”, que conlleva una fuerte simbología.

En este articulo te doy a conocer los productos que se utilizan para celebrar estas fiestas de “Todos Santos”.

Las gradas en la mesa representan los tres niveles del universo: el Janaqpacha (cielo), el Kay Pacha (vida terrenal) y el Uku Pacha (purgatorio), al mediodía de hoy, según las tradiciones, descienden las almas adultas y en el primer nivel de la mesa, colocan el Santo Cristo, la imagen del difunto, las coronas y las cadenas, que simbolizan el portal por el que ingresan los difuntos. En los siguientes niveles están las t’antawawas, que representan la forma física de las almas, las escaleras, por donde descienden y ascienden al cielo, el vaso con agua (se dice que los difuntos llegan cansados, por lo que este elemento es imprescindible), los t’antatoritos (toritos de pan), que permiten a las almas llevar su cargamento, la caña de azúcar, algo que no debe faltar ya que se convierte en el bastón que emplean para allanar el camino que recorren, las mistelas, que representan a la fruta de la temporada; los “suspiros” de azúcar (el último suspiro del difunto) y todos los platillos preferidos del fallecido, velas,  En la mesa siempre se colocan velas porque, se dice, iluminan el camino de las almas, los bizcochos, también llamados bizcochuelos son masas hechas a base de harina y clara de huevos dentro un recipiente de papel armado con paja (la cual forma los bordes dándole la forma de cajón. Dentro la tradición llega a representar el ataúd del difunto. Asimismo, también llega a representar como una cama o frazada ya que posee una textura esponjosa, la cual le servirá al difunto para descansar mientras permanezca en el mundo de los vivos, las flores, son símbolo de alegría y decorado, sirven para que el alma este alegre y no se sienta desolada, frutas, son una de las ofrendas a las almas, se coloca todas las frutas que estén al alcance de la familia. Comúnmente son naranjas, plátanos, manzanas, y todas aquellas frutas que le gustaba al difunto, para que degusten las mismas. Su origen data de las ofrendas de la Anata Amaya pre-hispánicas en relación a la producción de los distintos pisos ecológicos.

Para armar la mesa de un adulto, se extiende un mantel negro o morado. Las cadenas también son del mismo color. En el caso de los angelitos, se emplea una tela blanca (que simboliza la pureza de los niños que murieron) y las cadenas, en estos casos, son celestes o rosadas de acuerdo con el sexo del niño que falleció.    

Sin duda alguna, es una experiencia única y mágica que no debemos dejar de hacer, en ella se encuentra mucha simbología, misterio y riqueza cultural y tradicional, experiencia no hay mayor desprecio, que no hacer aprecio.