Atrévete a disfrutar de la belleza de Potosí que no es accesible a la vista, sino a la interpretación
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Escrito por Andrea Alexandra Maldonado
Rivero
A veces la belleza de la forma y lo estético es inevitablemente atrayente a los ojos, más no lo es todo. No quiero caer en teorías superfluas al decir que “la belleza del interior es lo único que cuenta”. No, eso tampoco, pero si haré énfasis en aquella belleza abstracta que incluso atrae más que las dos anteriores, y sí, me refiero al MISTERIO que, sin duda, es cautivante.
Imagen de priy en flickr |
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Es decir, ¿quién
no se ha roto un poco la cabeza tratando de descifrar lo indescifrable,
tratando de analizar historias que no parecen tener un final convencional?
Los enigmas
también forman parte de la belleza de las personas, de las cosas, pero también
de los lugares. Bolivia cuenta con una infinidad de lugares misteriosos y
enigmáticos, más no podemos nombrar a ninguno sin antes hablar de la Villa
Imperial, de su característico “Cerro Rico” que fue el portador de riquezas más
importante del mundo y a pesar de que ya no brilla como lo hacía en tiempos de
la Colonia nos ha dejado un legado de historias y mitos que han impregnado el
viento y las paredes de sus casas con ese dejo de antiguas glorias haciéndola una
ciudad con una belleza nostálgica, taciturna y levitante en el tiempo.
Y no solo hago referencia a este
fascinante cerro que según el mito está
vinculado al culto ancestral o como algunos autores citan es “una entidad
autónoma de maravilla y de pavor” por las victorias y muertes que ha engendrado,
sino también a su arquitectura como “La Casa de la Moneda”
que encierra pasadizos, criptas y catacumbas con historias desde las más normales hasta las más
tenebrosas, así como aquellas de puertas cerradas que nadie conoce pero que
todos murmuran, leyendas y cuentos de
señoras con velos negros que aparecen en calles solitarias, el viento que llora
de madrugada y el “metal del diablo” que se ha
apoderado de la vida de aquellos que deben trabajar en las minas forman tan solo una parte del imaginario
colectivo con el que cuenta esta ciudad.
Potosí es una
ciudad fría, solitaria y no responde a
un turismo convencional, tiene el
atractivo de una ciudad de post guerra, ella en su seno cultural nos lleva a cuestionarnos, a ser críticos
incluso a indagar en lo desconocido, pues mucho se ha visto y dicho de los
rincones y secretos que encierra; algunos dirán que es simplemente una ciudad
colonial que alguna vez fue rica e importante y es todo lo contrario, su riqueza
es intrínseca e incomparable.
Atrévete a conocer
la belleza que no es accesible a la vista, sino a la interpretación, atrévete a
conocer Potosí.
Excelente trabajo! 👏👏
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