Sorpréndete con el necroturismo en La Paz

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Escrito por Yuseth Ana Mallcu Arteaga

Como ya es bien conocido, la ciudad de la paz es una mezcla de cultura y orígenes y esto no solo se ve reflejado en una sociedad viva sino también en los camposantos, en esta ocasión vamos a hablar sobre cementerios que nos demuestran la diversidad cultural y que son  lugares donde se concentra la historia de la urbe, así como la de sus habitantes.

Imagen de la Agencia Municipal de Noticias AMN de La Paz

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Los cementerios no son solo espacios en donde dejamos a nuestros seres queridos cuando se van al más allá, en nuestra cultura, la muerte no existe y estos  son puntos fundamentales para poder comunicarnos con ellos, en especial estos días de todos santos, es por ello que hablaremos de tres cementerios que son atractivos tanto física como históricamente, y que reflejan los diferentes estatus sociales al cual nos vemos obligados a estar, aún después de la muerte. 

Si nos pudiéramos imaginar un lugar tranquilo, muy bien ambientado, con un entorno natural en donde “descansar”, estaríamos describiendo perfectamente al cementerio jardín ubicado en kantutani, al momento de ingresar te percatas del orden y el bien adaptado espacio natural y sus alrededores, algo que justifica su precio ya que aquí de manera privada uno puede enterrar a su ser querido en las condiciones que se merece además de que cuenta con una filosofía de la familia siempre unida y aunque no se note, un nicho consta de tres niveles con un espacio de seis cenizas y puede albergar a toda una familia. 

Como no mencionar al ya reconocido cementerio general, unos de los primeros en la ciudad de La Paz que poco a poco se ha ido formando a lo que hoy ya se conoce, una necrópolis que alberga  a personas de toda clase, desde las mas apoderadas los cuales se distinguen por el decorado de sus lapidas, a la clase media entre ellos a nuestros mártires y personajes históricos,  así como a la clase humilde. de diseño único, y distintas tendencias artísticas con múltiples expresiones fúnebres cuya estructura forma un laberinto en la que es imposible ver a todos nuestros recordados en un solo día, sorprende el pensar que este cementerio se inició como cualquier otro en un campo alejado, pero ahora se ha llegado a convertir en un patrimonio único. 

Por ultimo vayamos al más humilde de los cementerios y también  uno de los más antiguos que aún conserva el entorno clandestino e improvisado pero de gran valor emocional ya que muchos se han visto obligados a enterrar a su ser querido aquí por cuestiones económicas, es por ello que se mantiene algo saturado y al mismo tiempo olvidado, me refiero al cementerio de la Llamita (periférica), y que la fachada no te engañe que si bien parece ser más pequeña que el Cementerio General, está la supera con 1000 difuntos más.  

Sin duda alguna, visitar estos parajes es volver a recordar y revivir nuestro origen, y recuerda… la muerte es subjetiva, te invito a hacer este tipo de turismo aún más interesante.