Lugares donde se han suscitado acontecimientos paranormales en La Paz
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Escrito
por Andrea Alexandra Maldonado Rivero
No es necesario creer en fantasmas, duendes o apariciones, es evidente que,
aunque no sea nuestro caso hay miles de historias sin ninguna lógica o
explicación que se dieron lugar en diversos espacios en la ciudad de La Paz lo
cual nos lleva a la duda e inclusive a indagar sobre estos hechos tan
incomprensibles.
Imagen de Andrea Alexandra Maldonado |
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De este modo, quiero invitarte a conocer lugares donde se han suscitado
historias paranormales y que de seguro te pondrán los pelos de punta.
Comencemos nuestro recorrido con un lugar aparentemente común y corriente que
se encuentra en el camino de la ciudad de La Paz al Alto. Si, nos referimos
a “la curva del diablo” en plena
autopista, es un espacio de energía ambivalente pues se hacen ritos de los más
tranquilos a los más oscuros puesto que la entidad a la que se le rinde la
ofrenda es El Diablo, del cual se tienen opiniones divergentes por su
controversial naturaleza, así que no te sorprendas si al pasar por este lugar
ves, señoras echando alcohol y coca, chóferes pidiendo ser resguardados en su
camino, rateros haciendo ofrendas para que todo “ les salga bien” jóvenes con
atuendos negros practicantes del Satanismo, etc. Definitivamente el lugar para
comenzar con nuestro tour paranormal.
Luego, y observando el camino lleno de casas y ex fabricas antiguas y
olvidadas, nos dirigimos a la calle Jaén, una calle por demás conocida
por ser la más colonial y turística, pero también por las historias que
encierra, historias de ultratumba referidas a héroes de la revolución que
habitaron sus casas, al igual que hechos sangrientos o traumáticos que se
dieron lugar ahí. En la parte Norte de dicha calle se encuentra la casa de
Pedro Domingo Murillo héroe de la revolución paceña y justamente en la esquina
de abajo una cruz verde puesta ya hace
muchos años para advertirnos de la actividad fantasmal del lugar; ruidos que se
escuchan a media noche, ventanas que se abren y cierran, galopes de caballos,
risas de mujeres, pero además el hecho de ser una calle histórica donde las
paredes de las casas y los gestos de las personas hablan por sí solas.
Solo a dos cuadras de esta calle se encuentra el Teatro Municipal
“Alberto Saavedra Pérez” el más grande de La Paz. En su interior existen
oficinas donde sus funcionarios tuvieron la amabilidad de compartirnos sus
experiencias. Hablamos con Elizabeth un técnico administrativo del teatro quien
nos comentó sobre la variedad de historias de espíritus dentro del teatro,
siendo la del actor y director Wenceslao Monrroy más conocido como el “tío Ubico”
la más sobresaliente, pues ya es una almita bastante conocida por administrativos
y artistas por sus peculiares travesuras, como molestar a las actrices, hacer
desaparecer cosas y demás. Todos le piden permiso al tío Ubico antes de actuar.
Otra historia interesante que nos contó Elizabeth fue la de dos bailarines que
una vez aparecieron en un taxi con rumbo hacia el Teatro Municipal, la mujer
vestida de chola paceña y el hombre de Diablo o Supay, al llegar a la puerta
del Teatro le dijeron al taxista que debían sacar dinero para pagarle y de ese
modo ingresaron a las instalaciones del teatro, el taxista desesperado porque ya
había esperado mucho tiempo, tocó la
puerta del Teatro para saber qué había pasado y por qué la pareja no salía, pero se llevó un
gran chasco* al saber que ninguno de los policías había visto entrar ni salir a nadie y las instalaciones
estaban completamente vacías.
Después de impresionarnos con las historias del Teatro Municipal, nos
dirigimos al Estadio o Stadium, haciendo énfasis en nuestro recorrido en
algunas casas viejas y de las cuales se ha dicho tanto que ya son un mito, dos de estas ubicadas en la avenida Saavedra,
pero bueno, al llegar al Stadium “Hernando Siles Reyes” se siente una vibra
diferente, es como si desde al portero hasta el Director de este lugar
estuvieran ya acostumbrados a convivir con lo extraño e inexplicable. Tuve el
agrado de hablar con el Director de este lugar el Señor Fernando Trino quien
personalmente no tuvo un encuentro muy cercano con dichas experiencias, pero sí
me invitó a hacer un recorrido por sus túneles, sus largos pasadizos y
vestidores y a conversar con quien había trabajado ya hace 34 años como
administrador y a quien las historias y anécdotas le sobraban para decir que el
terror también es parte de esta institución deportiva. Al hablar con Eduardo
Flores, se podía sentir una añoranza por los viejos tiempos de gloria del
deporte boliviano, muchos recuerdos aún latentes acompañados de un asombro que
seguramente él jamás podrá olvidar. Como aquel día cuando él y ocho de sus
trabajadores vieron una escoba barrer por sí sola en uno de los vestidores, evento
asociado a la muerte de uno de los cuidadores al cual habían conocido y
estimado, el señor Donato Cruz; la aparición
de niños jugando en plena cancha y luego desapareciendo como pompas de
jabón, la muerte de mucha gente a causa de un muro de contención que se les vino
encima allá por la década de los 60 cuyos
espíritus aún rondan el lugar, un jugador que murió en plena cancha, la imagen
de una cholita joven que aparece todas las noches en el campo de juego, cosas
que son arrojadas al piso y la distorsión de personas que parecen estar pero
no, son algunas de las manifestaciones sobrenaturales ocurridas en este escenario digno de visitar.
Bajando ya del Estadio hacia la zona de Miraflores, pasamos por la
intendencia central de las fuerzas armadas antes de dirigirnos al parque
urbano de Laykakota. Esta intendencia también está impregnada de recuerdos no
tan gratos de épocas de dictadura y prisioneros de guerra que murieron en el
recinto, por lo que todo el vecindario colindante a este cuenta con fenómenos
paranormales y de hecho cada casa tiene una historia peculiar por ser casas
sumamente antiguas y donde murieron varias personas.
Para finalizar, terminamos nuestro tour en el parque-mirador Laykakota que antiguamente era considerado un lugar energético y sagrado.
Después de haber tenido un recorrido que nos ha dejado pensantes y
obnubilados es bueno despejar la mente y tener un reencuentro espiritual que
nos vuelva a la tranquilidad. Este lugar
era en esencia un centro astrológico, un lugar de rituales
para wakas, una apacheta donde se tenía conexión con las montañas, es lo que
nos explica el sociólogo e investigador de la cultura andina David Mendoza
Salazar, el cual hace referencia al
encanto del lugar que antes era un cerro donde habían cavernas, lagos artificiales u ojos de agua donde
habitaba un ayllu ligado con ritualistas llamados “Laramas” encargados de ver las
constelaciones reflejadas en los lagos para determinar los tiempos de siembra y
cosecha.
Un lugar realmente pacífico y
contemplativo donde podemos tener una vista agradable de la ciudad.
¿Qué te ha parecido el tour? Es bueno tomar rumbos alternativos de vez en
cuando y saber que no todo lo desconocido o a lo que le tenemos miedo es
siempre malo ¿verdad? Aunque si espero
que se te hayan erizado un poco los cabellos.
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