La aventura te espera en el camino prehispánico de Sillutinkara
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La mejor manera de disfrutar
la naturaleza es sentirla y conocer esos lugares paradisiacos alejados de la
monotonía de la ciudad y lejos de la contaminación, así que despégate de tu
monitor o celular y anímate a recorrer un nuevo destino turístico dentro de
nuestra querida Bolivia.
Por: Christian A. Monrroy
En esta ocasión nuestro
destino a conocer es el camino prehispánico del Sillutinkara, para empezar
nuestro viaje hay que salir muy temprano para que la noche no nos gane en el
transcurso del recorrido, se recomienda realizar este recorrido con un guarda
parque guía. La senda empieza yendo al camino a Coroico, dos kilómetros bajando
la tranca de Unduavi (En el lugar hay un
cuadro de Bienvenida como referencia). La primera media hora es una
subida pedregosa en la que hay que tener
cuidado y llevar zapatillas especiales, el viaje es largo pero divertido.
Subiendo la cima llegamos a tropezar con restos de caminos precolombinos que
eran recorridos por Chasquis, anteriormente eran utilizados para el paso de
mulas cargadas de coca para los mineros a mediados de los años 1950.
Seguimos caminando en medio
de la naturaleza y en el trayecto se puede observar la diversidad de flora y
fauna que es imposible resistirse a tomar fotos y más fotos, más si eres un
amante de los paisajes naturales pues el lugar ofrece panoramas de 180*. Pues
ante nosotros se pinta mágicamente un cuadro entre montañas y vegetación
cubierta de niebla, es asombroso y hace que te sientes vivo al extender tus
brazos, bueno después de haber tomado un ligero descanso y disfrutar de las
maravillas naturales es hora de continuar e imaginarse lo que se viene de acá
en adelante.
Después de haber recorrido
el trayecto durante 8 horas es hora de acampar y justamente existe un lugar de
camping para descansar y recuperar energías consumidas durante la caminata, así
mismo también es momento para alimentarse y beber algo refrescante y luego a dormir.
Dependiendo la época en que
se realiza esta caminata, hay temporadas lluviosas y frías así que es bueno prever,
el amanecer nos regala un bonito día junto al cantico de aves, eso motiva a
continuar nuestro segundo día de caminata, en el trayecto uno se encuentra con
ruinas de piedras e interesantes especies de fauna, el resto es bajada y hay
que tener cuidado de no resbalar y no apurar el paso. Después de tanto caminar
nos encontramos en el camino que une con El Choro, -De ahí es media hora-, nos
grita; Santos Mamani Guardaparque del lugar, llegando a Sandillani. Hay que
registrar el paso y aprovechar para servirse algo en el hostal comunitario
donde vivía el japonés Tamiji Hannamura.
Ya casi terminamos la ruta
los pies no aguantan, pero el ánimo sigue firme, es necesario caminar hasta la
senda del frente para llegar a la comunidad del Chairo, terminando nuestra gran
aventura a la espera de nuevos recorridos y fascinantes aventuras que solo
nuestra Bolivia nos regala.
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