En el Corazón del Parque Nacional Madidi
REPORTAJE
Ana María Copa Vásquez
Amazonianew.blogspot.com San Buenaventura
abre sus reconfortantes brazos para recibir a los turistas que
avanzan hacia otra nueva aventura eco turística. Este municipio, ubicado en la
región amazónica del departamento de La Paz, es una de las puertas de ingreso al
Parque Nacional Madidi, una de las áreas protegidas más grandes de Bolivia
que espera con muchas sorpresas a los visitantes sedientos de vivir
emocionantes experiencias en la selva amazónica.
Ubicado a orillas del río Beni, San Buenaventura está justo frente a Rurrenabaque, uno de los municipios
más turísticos de Beni. Desde allí basta tomar una embarcación y en menos de 10
minutos se cruza a territorio paceño, donde empieza la inolvidable travesía
hacia el Madidi. Luego de una breve caminata por esa pintoresca
población, los viajeros son embarcados en lanchas que siguen el curso del
extenso y agitado río Beni.
En un inicio la densa neblina no deja percibir el asombroso paisaje que luego deleitará los ojos a lo largo de
este recorrido, por agua y tierra, que durará alrededor de ocho horas.
De un momento a otro, la naturaleza empieza a mostrar todos sus encantos. Gigantes árboles y rocas emergen
lado a lado del río como fieles guardianes de esa valiosa riqueza
natural.
Afinando un poco la vista es posible observar en el trayecto algunos
animales que pasean tranquilos por su hábitat. Entre ellos la capiguara
y diversas aves.
Las parabas en su reino
La primera parada de esta breve excursión es el Parabal, un sitio que brinda una experiencia
placentera para la vista y para los oídos. Tras bajar de las lanchas se
ingresa a una densa vegetación haciendo lance a troncos, raíces y piedras.
La caminata de unos cinco minutos concluye frente a una gran muralla plagada de
orificios donde habitan parabas de vistosas plumas rojas y azules.
Esas aves han construido sus nidos en esa estructura rocosa para proteger a sus polluelos de
los depredadores y para beneficiarse mejor de los rayos solares, según
indica un guarda parque.
La explicación de que las parabas tienen una sola pareja de por vida cautiva de inmediato
a los visitantes humanos, que guardan silencio para escuchar los gorjeos de
esas vistosas aves.
Eco albergue comunitario
La segunda parada es en la comunidad San Miguel del Bala, cuyos pobladores albergan con entusiasmo a los
turistas. Allí viven 42 familias, sumando cerca de 300 personas que
tienen al turismo, a la agricultura y a la pesca como principales actividades
económicas de subsistencia.
Esa comunidad administra dos eco albergues con cabañas en la zona. Un tour desde Rurrenabaque hasta
cualquiera de esos eco albergues cuesta $us 80 por día (varía según la cantidad de
personas) e incluye transporte, hospedaje, alimentación y guía de
interpretación. Allí se puede compartir de cerca las vivencias de los
pobladores, realizar caminatas, pesca deportiva y otras actividades. Hay
programas turísticos desde un día, pero aconsejan tomarse entre tres a cinco
días para disfrutar mejor del sitio.
Un profundo cañón
La tercera y última parada de este viaje es el Cañón del
Bala. Los intrépidos que se
animan a caminar por la grieta que hay en medio pueden observar de cerca a murciélagos,
además de arañas y otros insectos. El constante flujo de agua mantiene
una temperatura fría que alivia a los acalorados caminantes.
El tiempo resulta insuficiente para disfrutar de la
maravillosa riqueza natural y cultural
que cobija el imponente Parque Nacional Madidi. Queda siempre el deseo de
volver una y otra vez..
FUENTE: El Deber Extra
FECHA: 22 de
noviembre de 2014
Me encanta.
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