La animación turística es una actitud hazla tuya
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La
animación de un grupo es un importante factor para lograr los mejores
comentarios y muchas recomendaciones, sin mencionar que lograremos la
satisfacción de nuestros pasajeros, el cual no solo se aplica a las empresas
operadoras sino también al sector hospedaje.
La
animación turística consiste en lograr un conjunto de actividades, recreativas
y lúdicas, sean diurnas o nocturnas, que se desarrollaran en un ambiente
designado a satisfacer las necesidades
de ocio y de esparcimiento de los visitantes.
La
Lic. Paula Andrea Marañón Michel, Gestora Cultural y Ex presidenta de la Mesa
de Turismo del Consejo Departamental de Culturas de Cochabamba, llevo a cabo un
Taller referido a este tema y accedió amablemente a explicar en ACTURISMO el
tema.
“La palabra Ani tiene el significado de alma, que hace
referencia al alma de un lugar, de una actividad para que se realice con mucho
éxito para la diversión y esparcimiento de los visitantes”, indico la Lic. Marañon. “Es necesario porque a medida que va incrementándose la actividad
turística va incrementando el nivel de satisfacción durante el tiempo de
vacaciones…la animación turística contribuye a enriquecer el concepto de
turismo sostenible ya que logra que los lugares se conviertan en centros de
relaciones humanas y de experiencias y de comunicación en general”, añadió.
Se
debe considerar para todas aquellas personas que tienen relación directa con
los turistas, toca los temas de conducción de grupos, interpretación ambiental,
historia, patrimonio, cultura, naturaleza.
Este
tipo de experiencias genera empleos para los guías interpretativos,
comunidades, además, del mantenimiento de senderos, elaboración de artesanías y
souvenirs.
La
persona que anima es el que proporciona la distracción, no es un “payaso”,
tiene características de cordialidad, sensibilidad, capacidad de escucha
activa, empatía, tacto y paciencia. Debe gozar de buena condición física, mentalmente
se exige formación y madurez intelectual además de habilidades de comunicación.
Con gran sentido del humor.
Para
ser un buen animador turístico se debe ubicar en un lugar visible, no corregir
individualmente, generalizar, no reírse del grupo sino reírse con ellos,
mantener motivado al grupo, darle cargo a quienes no puedan participar,
controlar y orientar a saber perder.
Las
exigencias son: ser un buen comunicador, creativo, alegre, vivaz, entusiasta, disciplinado,
no mostrar miedo escénico, cooperativo, autodidacta, excelente voz, dominar las
técnicas de microfonia. Se debe tener preparación en bailes, juegos,
actividades y otras expresiones artísticas. Sus conocimientos deben estar
orientado en cultura y turismo, animación, habilidades sociales, comunicación,
es importante decir las cosas pero si no se la dicen de forma correcta no se
obtiene el efecto deseado.
“Lamentablemente en Bolivia no tenemos esta
especialización, se recomiendo tomar talleres y cursos puesto que es muy
distinto a ser un guía turístico”,
expresa Paula.
Un
guía turístico conoce la oferta turística y de servicios de su municipio, está
familiarizado con las costumbres culturales e idiosincrasia de los visitantes y
lugar donde se visita, recibe instrucciones de las actividades programadas por
la empresa turística, es cortes, amable, tolerante en el buen trato.
Un
animador turístico estimula la participación de los visitantes, turistas en las
actividades, tiene la capacidad de trabajar con diversos grupos, organiza
actividades que vinculen al cliente al entorno y a la comunidad, propone y
ejecuta programas de animación teniendo en cuenta los gustos y preferencias y
motivaciones de los clientes.
Las personas que no podrían ser
animadores tiene características de egocentricidad, aquellos que se creen héroes
desconocidos, los líderes de multitudes que al final de cuentas no son líderes
de nadie, los que son estrellas aplaudidas, los antipáticos pesados que no
respetan a nadie, los ridiculizadores de personas, los pobres incomprendidos,
entre otros. No es correcto caer en la vulgaridad, creerse el número uno antes
que el cliente, repetir a los demás, adoptar estilos de animación extranjera
que no encaja en nuestro medio, no saber escuchar, abusar del micrófono,
descuidar la imagen personal y no reflejar los valores culturales.
Paula Andrea Marañon Michel
es licenciada en Turismo, tiene un diplomado en servicio y atención al cliente
y al turista, es gastrónoma cultural, al momento se encuentra realizando el
registro del patrimonio gastronómico de Cochabamba.
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